news
Ucrania: "No resignarse a la amenaza nuclear". Sachs: "Nadie arrincona a sus oponentes. La crisis cubana nos enseña eso"
24 Octubre 2022 - ROMA, ITALIA
#peaceispossibleSesenta años después de la crisis de los misiles en Cuba, la lección que nos queda es que en tiempos de proliferación nuclear nadie puede darse el lujo de acorralar a los opositores y humillarlos. Los pueblos no quieren la guerra, pero nadie les pide consejo: necesitamos la diplomacia”. Jeffrey D. Sachs, asesor especial del secretario general de la ONU, propuso en Roma, en la conferencia de Sant'Egidio 'El grito de la paz', una lectura del asunto ruso-ucraniano sobre el que pesa la amenaza nuclear. Para Martin Hellman, profesor de la Universidad de Stanford, “la bomba atómica es un aviso que nos debe empujar a temer y contrarrestar todas las guerras, porque los conflictos son como la ruleta rusa: si seguimos apretando el gatillo, tarde o temprano saldrá el tiro capaz de destruirnos a todos”.
Pierbattista Pizzaballa, patriarca de Gersalemme dei Latini, invita a no resignarse frente a estos escenarios: “Hay un río de hermosa humanidad que se niega a creer que el hermano es un enemigo”. Por eso, saliendo de estereotipos, Tierra Santa también puede ser modelo de convivencia, luchando contra toda forma de división.
Emilce Cuda, teóloga y secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina, señala que “los pueblos son martirizados por los bienes que tienen. Siria y Ucrania son martirizados. Prestemos atención a las víctimas de la violencia y escuchémoslas con el corazón abierto”.
La voz de las religiones es muy apremiante para la búsqueda de vías de negociación frente a la guerra en Ucrania. Para Abdulwahhab Ahmed Al-Taha Al-Sammaree (Portavoz del Fiqh Council of Senior Scholars, Irak) es posible volver a un pacto humano que proteja el planeta y poner fin a la experimentación con todas las armas. A esto también están llamadas las religiones en un momento en que la guerra lo está quemando todo, como está ocurriendo en Ucrania, con la destrucción de vidas, el daño al medio ambiente y la seguridad alimentaria. El mundo "está al borde de la hambruna, los precios de la energía están subiendo, también la desertificación con tormentas de arena".
El Metropolita Ortodoxo Ioan, del Patriarcado de Rumanía, lee los acontecimientos contemporáneos como un fruto envenenado de la tecnocracia, que “reduce al hombre a número, a átomo, lo despersonaliza arrojándolo de forma material. De este mundo atomizado se sale a través de la oración, cuya frutos se derraman sobre todos los aspectos de la vida en el desierto contemporáneo. A través de la oración buscamos a los enfermos, a los pobres, a los migrantes y a nosotros mismos dispersos en el mundo atomizado. Donde no hay paz, hay sangre y humillación”.
Jaron Engelmayer, gran rabino de Viena, explica que “desde que estalló la guerra en Ucrania el pasado mes de febrero, en muchas comunidades judías se ha introducido una oración por la paz, para que todos puedan ir a descansar sin tener que sobresaltarse. El tema de la paz se enfatiza mucho en la oración: todas las oraciones se 'terminan' en ella”.